Buenos días,
Imagina que vas conduciendo a toda velocidad por la autopista. De repente, el volante vibra. No es un pinchazo. No es un accidente. Pero sabes que algo no va bien.
Eso fue el mercado ayer: no una caída brutal, sino una vibración incómoda, ese temblor sutil que avisa antes de que se rompa algo.
Ayer tocó recogida de beneficios, con caídas claras en EE. UU. (Nasdaq −2%) y criptos liderando las ventas (BTC tocó la zona de 100k).
El mercado volvió a cuestionar las valoraciones en mega-tech/IA, subió la volatilidad (VIX) y vimos un sesgo defensivo en flujos.
El trasfondo de resultados sigue siendo razonable, pero el setup es mucho más exigente:
Ya no basta con publicar cifras buenas…
Si la guía no acompaña, te castigan.
Se tambaleó lo que más había subido. Y resistió lo de siempre: lo aburrido, lo defensivo, lo que paga facturas aunque el mundo arda.
¿Qué está pasando?
Mientras tú dormías, los grandes soltaron lastre:
Growth y Momentum (las estrellas recientes) sufrieron un golpe seco: −1,8%.
Low Vol y sectores defensivos como Utilities y Healthcare… aguantaron el tipo, incluso subieron.
Small Caps y valores de baja calidad: en retirada.
Y algo más preocupante: la amplitud del mercado (ese termómetro silencioso) muestra fiebre.
En el Nasdaq, tres de cada cuatro valores cerraron en rojo.
La amplitud por medias móviles confirma la fragilidad:
Solo 33,8% de las compañías del S&P 500 están por encima de su media de 50 días.
En el Nasdaq, aún peor: apenas 29,4% supera esa misma referencia.
A medio plazo, la estructura aguanta por ahora: el S&P 500 mantiene un 55,4% por encima de la 200D y el S&P 100 llega al 62%.
El Dow Jones se salva con dignidad (66,7% > 100D/200D), pero mid y small caps siguen bajo presión (32% > 50D en S&P 400/600).
Traducción táctica:
Mientras el %>50D no repunte, los rebotes pueden ser puramente técnicos… y por tanto, no duraderos.
¿Por qué importa esto?
Porque no es solo una corrección. Es una rotación defensiva con mensaje:
“El mercado no quiere riesgo ahora. Quiere refugio.”
Los bonos largos y el dólar (acivos clásicos de refugio) superaron a la renta variable. El oro, curiosamente, no. Pero el patrón es claro:
Risk-off suave. Sin drama. Pero con aviso.
Y si miras debajo del capó, el crédito empieza a tensarse:
El HY OAS (diferencial de los bonos de alto rendimiento), que mide el riesgo en bonos basura, se ensancha desde mínimos.
Cripto cae con fuerza: apalancamiento saliendo por la ventana.
Todo esto sugiere algo incómodo:
La fiesta no ha acabado, pero hay invitados que ya se están poniendo la chaqueta.
¿Qué hacer ahora?
Apóyate en lo sólido: sectores defensivos, baja volatilidad, compañías con caja y visibilidad.
Evita persecuciones: Espera pullbacks. No entres en Momentum a lo loco.
Renta fija: IG y duración corto medio.
Cripto: Control de % de exposición
Disciplina: Como siempre... escalona entradas, diversifica de verdad y define stops si eres un inversor que opera swings.
¿Qué vigilar?
La amplitud: si más valores no recuperan medias móviles, no hay suelo fiable.
El crédito: spreads en expansión pueden ser el canario en la mina.
USD y bonos: si siguen liderando, el viento sigue soplando en contra.
Flujos en ETFs: si hay rotación masiva, sabrás que el movimiento va en serio.
En resumen
Esto no es una señal de huida, pero sí un recordatorio brutal:
“No gana quien más arriesga. Gana quien sabe cuándo parar.”
Gestiona el riesgo. Cuida la liquidez. Busca calidad.
Y sobre todo: no te dejes hipnotizar por lo que más brilla.
Julio Estella de la Rica
Gestor Patrimonial
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